¿Acabas de afeitarte, sacudes la maquinilla y al cajón? Si sueles hacer esto estás reduciendo la esperanza de vida de tu maquinilla de afeitar de forma considerable. En este post te daremos una serie de consejos para que puedas limpiar tu maquinilla de afeitado de una forma rápida y sencilla, asegurándote de alargar su vida útil y mejorando su funcionamiento.
En primer lugar, diferenciaremos entre dos tipos de limpiado de la maquinilla. El primero de ellos será una limpieza rápida, la cual debemos de llevar a cabo cada vez que usemos nuestra maquinilla. El segundo de ellos será el cuidado exhaustivo, en el que limpiaremos a fondo nuestra máquina, asegurándonos de que el exterior esté libre de pelos y ayudaremos a mantener la maquinaria.
Limpieza rápida tras el uso
Aunque esto sea obvio, tras el afeitado, asegúrate de desconectar tu maquinilla de la corriente eléctrica, en el caso de que no sea inalámbrica. Una vez libres de calambrazos, pasaremos a limpiar la maquinilla. En primer lugar, quitaremos el cabezal que tengamos encajado en la maquinilla. Tras desencajarlo, nos aseguraremos de que no existan restos de pelo en el mismo, para ello, ayudándonos de un pequeño cepillo o simplemente, soplando.
Tras ello, pasaremos a limpiar las cuchillas. Para ello, también con el cepillo en mano, trataremos de eliminar aquellos pelos que han quedado atrapados entre las cuchillas y en las rendijas del cabezal, levantando este último para poder asegurarnos de que no quedan restos.
Por último, guarda tu maquinilla en un neceser y despídete de ella hasta su próximo uso. Es recomendable guardar tu máquina en algún tipo de bolsa impermeable para asegurarnos de que las posibles salpicaduras o suciedad no penetren en ella, ya que podrían dañar ciertas partes de la misma.
Limpieza exhaustiva y mantenimiento:
Como ya hemos comentado, es importante realizar una limpieza a fondo de nuestra maquinilla cada cierto tiempo. Con ello, nos aseguraremos de que todas las partes se mantienen limpias y, además, de que su funcionamiento es el correcto y no existe ningún obstáculo que pueda estropear nuestra máquina de afeitado.
Esta vez iremos un poco más allá en la limpieza del cabezal y los peines de recorte. Desencajaremos los mismo de nuestra máquina y los lavaremos con agua y jabón, o bien con alcohol isopropílico. Es muy importante lavar estas piezas cada cierto tiempo, ya que es posible que acumulen cierta cantidad de pelo en alguna rendija o sitio difícil de limpiar. Te puedes ayudar de un cepillo de cerdas suaves para llegar a rendijas y zonas pequeñas. Una vez limpias, seca las piezas con una toalla o paño, evitando que queden zonas húmedas que puedan oxidar ciertas partes de nuestra máquina.
Tras ello, pasaremos a limpiar las cuchillas. Dado que existe un amplio abanico de modelos, es muy posible que tu máquina requiera desmontar ciertas piezas o bien puedas acceder a ellas simplemente apretando dos pestañas. No obstante, nos aseguraremos de que las cuchillas de nuestra máquina se encuentran en buen estado.
Para ello, observaremos si están perfectamente íntegras, que no presentan claras evidencias de desgaste y que están libres de óxido. En el caso de que tus cuchillas no estén en buen estado, os aconsejamos cambiarlas por otras nuevas, para ello siguiendo las instrucciones del fabricante. Limpiaremos las cuchillas con alcohol isopropílico, desmontando las mismas para asegurarnos de que la limpieza se realiza en las distintas superficies de la misma.
Una vez asegurados de que nuestras cuchillas están en buen estado, aplicaremos un par de gotas de lubricante especial para pequeños electrodomésticos, o bien, uno específico para maquinas de afeitado, y lo distribuiremos correctamente. Para ello, podemos ayudarnos de un pequeño hisopo, con el cual llevaremos el lubricante a las zonas deseadas. Esto ayudará a disminuir el desgaste de las piezas que están en contacto durante su funcionamiento, además de aportar fluidez al funcionamiento de la máquina.
Una vez terminado, montaremos de nuevo nuestra máquina. Es importante que tengamos en mente la colocación de las distintas piezas de nuestra maquinilla antes de montarla, para poder localizarlas de nuevo en este momento. Una vez montada, enchufaremos la máquina a la corriente, o bien, conectaremos la batería en el caso de las inalámbricas, y la pondremos en funcionamiento. Si todo va bien, podemos estar satisfechos de que nuestra máquina vuelve a estar como el primer día y que hemos podido hacer todo por ella para que nos siga dando su servicio.
Esperamos haberos ayudado con este tutorial para mantener tu máquina de afeitar en buen estado. Si tu máquina ha llegado a su fin o estás planteándote comprar una, podéis encontrar en nuestro blog un top 5 de las mejores maquinillas de afeitar en relación calidad-precio.
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